|
(continuación)
C3-C6
C5 es un pivote osteopático situado entre el arco cervical superior (Occipital-C4) y el arco cervical inferior (C6-C7). Es la vértebra más móvil, por lo que suele presentar procesos degenerativos de la superficie articular. También tiene un papel importante C3; su disfunción está asociada con problemas de tipo respiratorio por la relación del plexo cervical, a través del nervio frénico, con el diafragma. El resto de las vértebras del raquis cervical inferior pueden tener una implicación importante en las cervicobraquialgias por su relación con el plexo braquial.
D4
Es el pivote osteopático de la movilidad torácica y centro de la vasomotricidad, por su relación con el cayado aórtico. Visceralmente tiene relación con el corazón (su disfunción puede ocasionar taquicardia o bradicardia) y con el estómago (alteraciones gastrointestinales) y también controla la circulación periférica.
L3
Es el pivote osteopático de la movilidad lumbar y centro de la visceromotricidad. Es, además, la llave de las líneas antero-posterior, postero-anterior y central de gravedad. Desde un punto de vista biomecánico, el centro de gravedad del cuerpo se ubica en esta vértebra y es el centro de la lordosis lumbar. Anatómicamente, es una vértebra con las apófisis transversas largas que presenta anteriormente inserciones de los músculos psoas y diafragma, lo que explica la lesión frecuente de esta vértebra cuando se producen desequilibrios tensionales de estos músculos. Tiene una implicación directa en la inervación del músculo psoas-ilíaco a través de los ramos musculares del nervio femoral.
Cuboides-Escafoides
Son huesos situados en el tarso anterior del pie, de gran importancia en el mantenimiento del arco plantar. Ambos se articulan entre sí gracias a una diartrosis tipo artrodia, con ligamentos que los unen. Desde una perspectiva osteópatica, forman una pareja funcional íntimamente relacionada, que hace que una disfunción en uno suela repercutir en el otro. Son frecuentes las lesiones ascendentes del hueso cuboides que, vía muscular, afectan al hueso ilíaco en posterioridad, y también las lesiones descendentes con anterioridad ilíaca que, muscularmente, pueden alterar el hueso escafoides.
La interrelación existente entre los diferentes niveles de la LCG, permite entender que, por ejemplo, una lesión ascendente del hueso Cuboides pueda repercutir en el hueso Occipital. Para su corrección es necesario normalizar el hueso Cuboides, en caso contrario, volvería a aparecer una disfunción en el hueso Occipital.
En resumen, las líneas de gravedad tienen un papel importante en el tratamiento osteopático. El seguimiento de estas líneas durante el "quick scanning" hace que el diagnóstico sea más ágil y facilita la detección, no solo de las lesiones secundarias sino de la lesión o lesiones primarias, teniendo siempre muy presente, que una disfunción en cualquier nivel de una línea, posiblemente, va a repercutir en otros niveles de esa misma línea. Destaca especialmente, por su gran implicación en los movimientos que el cuerpo efectúa en bipedestación, la Línea Central de Gravedad. Esta línea correlaciona cráneo con arco plantar, por lo que suele estar implicada en la mayor parte de las lesiones osteopáticas ascendentes y descendentes. Por ello, es conveniente no olvidarse de esta línea durante el tratamiento osteopático.
Naturmedicapro.com publicará, en la próxima edición, la segunda parte de este artículo dónde se abordará la descripción de las restantes líneas de gravedad y su influencia en el equilibrio del cuerpo humano. Esperamos que para nuestros lectores sea tan interesante como lo ha sido la primera parte.
|
|