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Naturopatía

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Lunes, 3 de Diciembre del 2001   

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Duelo a la Psoriasis


Para mejorar la calidad de vida de un paciente psoriático, la Medicina Natural propone distintos tratamientos exentos de efectos secundarios que nos pueden aportar resultados altamente satisfactorios.

La Psoriasis se caracteriza por regiones de piel inflamada, de tipo superficial y simétrico, bien delimitada, que puede afectar a áreas muy concretas ver imagen 1 o extenderse en grandes zonas del cuerpo. Siendo muy poco común la localización en las fascies.

La capa más superficial de la piel o epidermis, muestra un engrosamiento y una zona de descamación fina asociada a escamas de color plateado y opalescentes que pueden producir un intenso picor y ardor ocasional.

La manifestación, el grado de evolución y el desarrollo de la enfermedad varía mucho de un caso a otro, aunque de forma general, los períodos de brote y los de remisión, en los cuales desaparecen los síntomas, se manifiestan de modo alternante.

Existen diversas formas de psoriasis. La más común (90%) es la Psoriasis vulgaris, cuya localización puede afectar preferentemente las zonas de flexoextensión de la rodilla ver imagen 2 , codos ver imagen 3 , axilas, pliegue anal, así como cuero cabelludo y cejas. Otras manifestaciones de la enfermedad, aunque no tan frecuentes, son la afectación inflamatoria y artrósica de las articulaciones y la sobreinfección de la piel en las zonas afectadas al desaparecer la protección cutánea a las bacterias, apareciendo pequeños microabcesos o pústulas sobre las escamas.

Dentro de la Psoriasis vulgaris hay una forma que se caracteriza por desencadenarse en la juventud, que afecta a varios miembros de la familia y es de probable reacción autoinmune, es decir, el organismo reacciona contra elementos propios produciendo una reacción inflamatoria. Hay otra forma de Psoriasis que aparece en edades más avanzadas sin probable relación autoinmune.

CAMBIOS QUE SUFRE LA PIEL EN LA PSORIASIS

La piel está formada por tres capas superpuestas denominadas ver imagen 4 , desde la más superficial a la más profunda, epidermis, dermis y tejido subcutáneo (hipodermis). La epidermis tiene un grosor de 1mm, no contiene vasos y su estructura está compuesta por células que provienen del crecimiento de las capas más internas. En la parte más superficial de la epidermis se sitúan las células sin núcleo (o viejas). Éstas se presentan en forma de escamas invisibles y se van desprendiendo conforme van creciendo las células más profundas, migrando hacia el exterior. La maduración y transformación de las células hasta el desprendimiento de la escama queratinizada se extiende normalmente durante el plazo de 4 semanas.

En la psoriasis se produce un recambio celular acelerado de la piel, lo cual lleva a una ampliación de la capa de células superficiales que al no poder juntarse entre sí se descaman de modo excesivo y se produce una alteración funcional con la consiguiente desprotección ante los agentes externos (infecciones) y deshidratación. También se produce un aumento de la circulación superficial con enrojecimiento e inflamación local.

La psoriasis cura sin dejar cicatriz y no altera el crecimiento del pelo. Al remitir la lesión queda, a menudo, una falta de pigmentación residual o, al contrario, una hiperpigmentación.

CAUSAS DE LA PSORIASIS

Parece ser que hay una cierta predisposición hereditaria a padecer la enfermedad. Cerca de un 30% de los pacientes con psoriasis tiene un familiar con la misma afección, aunque no existe una relación ni en cuanto al momento de su aparición ni en cuanto a su intensidad, ya que estas características son muy variables.

Debido a esta variabilidad individual, cada vez se da más importancia al factor psicológico en la afección de la enfermedad. Las personas que padecen esta enfermedad pueden presentar sentimientos de injusticia y rechazo, tanto en el entorno social como afectivo. El hecho de que la evolución de la enfermedad no sea constante estaría en relación con la reiteración de estas "relaciones conflictivas" padecidas por el enfermo.

Sin embargo, además de estas situaciones psicológicas, hay otros factores que pueden desencadenar los brotes de psoriasis, como son heridas, inflamaciones cutáneas, procesos infecciosos respiratorios, enfermedades eruptivas de la infancia (sarampión, varicela...), alcohol, ciertos medicamentos, diabetes, hipersensibilidad a ciertos alimentos, obesidad, osteoporosis.

TRATAMIENTO DE LA PSORIASIS

Es importante tener en cuenta las medidas que tienen influencia positiva sobre la enfermedad y que sin lugar a dudas pueden disminuir tanto la intensidad como la frecuencia de los brotes. Así, evitaremos circunstancias agresivas para la piel como son la exposición y el contacto de sustancias potencialmente tóxicas o hipoalergénicas (óxido de nitrógeno o derivados sulfurados...), y como norma dietética, seguiremos una alimentación integral rica en fibras y pobre en grasa animal.

El mar ver imagen 5 y la exposición solar suelen ser claramente beneficiosos, aunque siempre con ciertas precauciones.

Como hemos mencionado anteriormente, se debería dar mayor importancia al aspecto psicológico, ya que un estado anímico óptimo es una pieza clave en la evolución de la enfermedad. En este sentido, es importante encontrar el apoyo social y familiar adecuado para la recuperación del paciente.

Sin embargo la psoriasis sigue siendo una incógnita en su evolución ya que hay una gran variabilidad tanto en su manifestación como en su evolución posterior. Esto hace que el tratamiento sea muy personalizado con relación a los factores predisponentes de cada persona.

Como medidas de tratamiento directo bajo el criterio de la Medicina Alopática tenemos: la fotoquimioterapia, los retinoides, el Ditranol y la cortisona. Éstos, como terapeutica clásica, no han demostrado su eficacia a largo plazo, debido a sus múltiples efectos secundarios y al efecto rebote que producen, en algunos casos, al abandonar el tratamiento. Por todo ello se hace necesario valorar con rigor remedios naturales que no presenten estos inconvenientes.

APLICACIÓN LOCAL de preparados que protegen y engrasan la piel, así como de cremas y lociones hidratantes.

TOMAR VITAMINA D3 en combinación con aceites de pescados o aceites vegetales ricos en glicéridos y vitamina E, como el aceite de onagra, borraja, maíz, lino y germen de trigo. La riqueza de estos aceites naturales radica en la presencia de ácidos grasos poliinsaturados tipo omega (ácido linoléico u omega-6, ácido oleico u omega-9) los cuales parecen influenciar positivamente en el proceso inflamatorio de la psoriasis.

COMO SUPLEMENTOS VITAMÍNICOS debemos considerar las vitaminas A, C, E + selenio y vitaminas del grupo B, pues intervienen en el crecimiento y regeneración de la piel por su acción antioxidante celular y en el equilibrio del sistema nervioso.

Muchos brotes agudos pueden ser remitidos con una terapia selectiva de rayos UV tipo A, ya que parece tener un efecto inhibidor sobre la multiplicación celular de la piel.

Otra alternativa es el TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO, que tiene en consideración las particularidades de cada paciente, ya que los remedios son seleccionados de acuerdo con la constitución, carácter y comportamiento del paciente, así como la localización de la lesión y los síntomas asociados.

LA FITOTERAPIA puede ayudarnos a mejorar los cuadros agudos de la enfermedad al poder incidir sobre las funciones metabólica y cutánea, la modulación nerviosa y los sistemas inmunológicos y neurovegetativos.

Para potenciar el sistema inmunológico se utilizan plantas como la echinacea

( Echinacea angustifolia) ver imagen 6 , el eleuterococo ( Eleutherococcus senticosus) y el ginkgo biloba ( Ginkgo biloba) ver imagen 7 .

Por sus efectos depurativos y drenadores hepáticos se utilizan el abedul( Betula alba ver imagen 8 ), el helicriso ( Helichrysum italicum), la fumaria( Fumaria officinalis) ver imagen 9 , y la escrofularia.

La melisa ( Melissa officinalis), el marrubio ( Marrubium vulgare) y la avena( Avena sativa L.) actúan como moduladores del sistema nervioso y hormonal, teniendo la avena ( Avena sativa L.) también un efecto directo sobre el cuidado de la piel.

El grosellero negro ver imagen 10 ( Ribes nigrum) tiene una acción importante sobre el metabolismo de la piel, favoreciendo su crecimiento y regeneración.

El helicriso ( Helichrysum italicum) posee una acción antiinflamatoria y antialérgica importante, tanto por vía interna como externa (en pomada). Además, se constata una mejoría de los síntomas generales asociados, como pueden ser las alteraciones articulares, el dolor muscular y el síndrome asmático.

La fumaria ( Fumaria officinalis) (planta entera florida), está indicada en las alteraciones cutáneas de tipo escamoso. Se prescribe en tintura madre de 30 a 50 gotas tres veces al día, durante dos semanas al mes.

El pensamiento (Viola tricolor) ver imagen 11 (planta entera florida), está indicado en las manifestaciones inflamatorias de la piel en pacientes frecuentemente pletóricos u obesos. Se prescriben 20 gotas tres veces al día. Se puede administrar asociada en cápsulas o infusiones de bardana ( Arctium lappa L.) y calaguala.

Si hay un componente nervioso importante se pueden tomar infusiones de pasiflora (Passiflora incarnata), valeriana ( Valeriana officinalis), espino blanco ( Crataegus monogyna jacq.) y azahar (Flor del Citrus aurantium) .

LA YEMOTERAPIA incluye el tratamiento con las partes de crecimiento de la planta (brotes jovenes o yemas), que poseen una gran riqueza en determinados principios activos de la planta. Aplicado a la psoriasis contamos con el nogal ( Juglans regia L), indicado en psoriasis con tendencia a la infección. Se prescribe en dilución homeopática decimal, 40 gotas tres veces al día.

En el ámbito de FITOTERAPIA LOCAL, la pomada de Mahonia aquifoliumtiene un efecto antiinflamatorio importante, junto a una mejora en el desprendimiento de las escamas psoriásicas, que ayuda a una mejor reepitelación de la piel. Ofrece una muy buena tolerancia y es considerada agradable debido a sus características protectoras.

Como tratamiento local externo, también podemos aplicar cataplasmas de arcilla en las zonas afectadas, potenciadas con 20-30 gotas de extracto de bardana (Arctium lappa L.) o aceite esencial de limón (Citrus limonun).

Si afecta a amplias zonas del cuerpo se pueden realizar baños de arcilla, posteriormente aclarlarlas con agua tibia y aplicar en las zonas afectadas aceite de crisálida o bien cerato de calaguala.

Si hay un gran componente inflamatorio se puede aplicar una emulsión de manzanilla ( Matricaria chamomilla) , aloe vera (Aloe barbadensis miller), llanten (Plantago major) y caléndula (Calendula officinalis). Los baños se pueden realizar incluyendo plantas ricas en mucílagos, que actúan como emolientes sobre la piel como lino (Linum usitatissimum), malvavisco (Althaea officinalis), milenrrama (Achillea millefolium), llantén (Plantago major) y pensamiento (Viola tricolor ) y potenciarlo con extracto de propóleo.

Como ejemplo de tratamiento en fitoterapia tendríamos la combinación de grosellero negro (Ribes nigrum), helicriso (Helichrsum italicum) y ginkgo biloba (en cápsulas de extracto seco) asociada a una infusión a base de melisa (Melisa officinalis), echinacea (Echinacea angustifolia) y centella asiática (Hydrocotile asiatica), esta última de gran propiedad antiinflamatoria y cicatrizante. Además, aplicaríamos dos veces al día una crema a base de Mahonia aquifolium.

Debemos considerar en casos de Psoriasis crónica el uso de LA OLIGOTERAPIA, en la que podemos administrar prioritariamente el oligoelemento correspondiente a la diátesis en la que se encuentra el paciente en ese momento, para equilibrar de manera general su organismo y paralelamente para conseguir una acción drenadora de los emuntorios se podría complementar el tratamiento con 1 ó 2 ampollas de azufre al día, zinc y cobre por su tropismo antiinflamatorio, antiinfeccioso y reepitelizante de las faneras (piel, cabello y uñas), 1 ó 2 veces al día.

En caso de trastornos nerviosos, se puede añadir el litio 2 veces al día.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Dieta exenta de alimentos que puedan ser agravantes como el cerdo, grasas, dulces, salsas, fritos, alcohol, picantes y condimentos fuertes.

Tomar verduras frescas y abundante fruta. También puede tomarse en zumo, apio, zanahoria, lechugas, uvas, pomelo y limón.

La pulpa de zanahoria ha sido empleada en aplicaciones externas contra diferentes afecciones cutáneas, ya que calma el picor (prurito).

Utilizar aceites de semilla de gran pureza (de primera prensión en frío), como el aceite de lino, girasol o maíz.

Aumentar el consumo de cereales integrales (arroz, trigo, maíz, cebada, mijo...).

Como suplemento alimentario de tipo vitamínico, que favorece el crecimiento y regeneración de la piel, tenemos el germen de trigo y la levadura de cerveza.