La región lumbar: el diagnóstico osteopático y sus lesiones
El diagnostico de las lesiones lumbares desde el punto de vista osteopático. Cómo podemos localizar y clasificar una lesión de columna lumbar y qué pasos debe seguir el osteópata para poder hacer un buen diagnóstico.
Introducción
Las dolencias vertebrales, así como todas las dolencias del cuerpo humano, pueden ser diagnosticadas por el osteópata mediante el "quick scanning".
El diagnóstico acertado nos induce a una terapia no agresiva y eficaz para el tratamiento de las disfunciones en general.
Las vértebras lumbares forman parte de un sistema (todo el cuerpo) y no pueden ser tratadas separándolas de éste, por lo tanto, en este caso, la disfunción somática lumbar siempre es la compensación o lesión secundaria de otra disfunción: la primaria ( ver hemeroteca: Qué es la osteopatía I .)
Valorar el "quick scanning" e identificar la lesión primaria es el trabajo más difícil con el que se enfrenta el osteópata, ya que el paciente ha escondido esta lesión primaria mediante compensaciones y lesiones secundarias que, en la mayoría de los casos, es difícil encontrar en una primera inspección como una lesión pura.
De ahí la necesidad de aplicar unas determinadas técnicas osteopáticas ( en todo el cuerpo) aunque en este artículo en concreto nos centraremos únicamente en las técnicas, el diagnóstico, y lesiones de la región lumbar, en las cuales es de vital importancia la participación del paciente, la posición articular y sobretodo el sentido de normalización durante el tratamiento.
Quick scanning
La palabra quick scanning (QS) significa: escanear rápidamente, es la observación rápida mediante la vista y sobretodo el tacto o la palpación.
Cuando se efectúa un test de movilidad, es decir, la ejecución activa de determinados movimientos (flexión, extensión, latero flexión o side bending, rotación) con el fin de estudiar la respuesta de la articulación, la amplitud de movimiento articular, se esta realizando un "quick scanning".
El QS es imprescindible en nuestro diagnóstico, ya que será la base de éste y sin un buen diagnóstico difícilmente podremos aplicar la técnica adecuada al paciente.
Hay otras formas de complementar el diagnóstico a tener en cuenta. Se utiliza la anamnesis que se caracteriza por el hecho de hablar con el paciente. Él nos dará información sobre su malestar, su dolor (que puede ser: continuo, o discontinuo), cuándo aparece (según se mueva, por la mañana, durante el día, por la noche), si es un dolor fijo o cambiante,... y cómo y cuándo empezaron sus dolencias.
La inspección del paciente en la consulta también nos ayuda en el diagnóstico ya que observamos su postura en bipedestación, su posición antiálgica, su forma de andar, las curvas raquídeas... En determinados casos también se utilizan pruebas médicas ya realizadas o que pidamos realizar para una buena corroboración como pueden ser: radiografía, resonancia magnética nuclear, gammagrafía ósea...
El QS lumbar consiste en, tomando como ejemplo el QS a nivel de L3, colocar las yemas de los dedos pulgares sobre las apófisis transversas de L3 ya que ésta es la estructura vertebral más alejada del eje de movimiento y por lo tanto es aquí donde apreciaremos una mayor amplitud de movimiento y donde la podremos percibir mejor.
Para localizar las apófisis transversas de L3 nos puede ser de ayuda saber que la apófisis espinosa de L4 se encuentra a la altura del borde superior de las crestas ilíacas, una vez situados en la apófisis espinosa de L3 nos desplazaremos unos 3 dedos lateralmente a cada lado de la columna y otro dedo por encima aproximadamente. Hay que confirmar que nos hemos situado correctamente sobre las apófisis transversas notando una estructura ósea debajo de nuestros dedos. Además si pedimos una inflexión lateral o side bending (SB) al paciente se percibirá claramente la apófisis transversa del lado de la convexidad como sube y se posterioriza ligeramente.
Ahora que ya estamos bien colocados, en una postura cómoda y una presión suave pedimos una flexión lenta del tronco sobre la cadera; ver imagen 1 Si las dos apófisis transversas ascienden y se adelantan equitativamente, el movimiento será el correcto (tendremos los dos pulgares alineados) y si por el contrario asciende más la apófisis transversa de un lado que del otro indica que hay una restricción de movimiento (FULCRUM) del lado de menor amplitud, observando también como un pulgar se queda por encima del otro, siendo el inferior el del lado del fulcrum y el superior el del lado de mayor amplitud (SLACK).
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