Estructura y función de la columna vertebral lumbar (I parte).
El estudio fisiológico del raquis, junto con la biomecánica vertebral, permiten al osteópata tratar con precisión las disfunciones vertebrales más comunes.
"La estructura gobierna la función", esta ley osteopática pronunciada por el fundador de la Osteopatía, Dr. A. T. Still, da pie a este artículo, dónde se pretende interrelacionar la estructura ósea de la columna vertebral lumbar con sus funciones fisiológicas y osteopáticas.
En artículos anteriores se describía la Osteopatía Vertebral como una de las diferentes ramas de la Osteopatía Articular. El osteópata debe tener un conocimiento exhaustivo de la anatomía del raquis (columna vertebral) para entender su comportamiento biomecánico y funcional. De esta manera podrá realizar un diagnóstico preciso y saber qué técnica es la más adecuada para corregir la disfunción.
Así pues, el estudio de los movimientos fisiológicos del raquis implica el conocimiento de las características anatómicas de sus elementos. Por ello, debemos tener en cuenta que si las vértebras dan forma al eje sustentor de nuestro cuerpo, no son únicas en el momento de darle movilidad.
El raquis está formado por 24 vértebras libres (7 cervicales, 12 dorsales o torácicas y 5 lumbares) y 9 fusionadas (5 sacras y 4 coccígeas).
Pasemos a conocer la conformación básica de la unidad ósea del raquis:
En la vértebra tipo se pueden distinguir dos porciones bien diferenciadas. Anteriormente hallamos el cuerpo vertebral y posteriormente el arco vertebral ver imagen 1 .
Los cuerpos vertebrales tienen diferente grosor y forma, pero sus mesetas están recubiertas de cartílago hialino dotado de poros osmóticos a través de los cuales se transfiere agua del tuétano del hueso al disco intervertebral y viceversa. Éste es el elemento vertebral que recibe mayor carga axial.
El arco vertebral está formado por diferentes estructuras encargadas de ayudar a mantener la correcta alineación de las vértebras al tiempo que sirven de punto de inserción a músculos y ligamentos. Estos elementos que forman el arco vertebral son las apófisis articulares, las apófisis transversas y las apófisis espinosas.
En el segmento lumbar existen algunas características que distinguen sus vértebras de las vértebras de los demás segmentos raquídeos:
Los cuerpos vertebrales son mayores que el del resto de las vértebras, su diámetro sagital y transversal aumentan progresivamente de arriba hacia abajo, es decir, de L1 hacia L5, siendo siempre mayor el diámetro transversal. La altura del cuerpo no supera su anchura. La forma del cuerpo en una visión superior es arriñonada, y lateralmente la parte media del cuerpo es cóncava hacia fuera, recordando la forma de una polea.
Los pedículos son mucho más robustos que en el resto de vértebras. Como en los demás segmentos vertebrales presentan unas incisuras superior e inferior, siendo la inferior una incisura más agravada, que permiten la salida de los nervios espinales, ya que el pedículo inferior de la vértebra suprayacente se superpone a la incisura superior de la vértebra subyacente, dando lugar a los orificios intervertebrales, por donde los nervios raquídeos abandonan la protección del canal vertebral y se dirigen a sus órganos de destino.
También de los pedículos nacen las apófisis articulares superiores e inferiores. Las superiores disponen de unas carillas articulares, que son cóncavas en sentido transversal, planas en sentido vertical y se orientan posteromedialmente para poder articularse con las carillas articulares de las apófisis articulares inferiores de la vértebra suprayacente que tienen una orientación anterolateral, dando lugar a las articulaciones cigapofisarias. Estas articulaciones están involucradas en los efectos del thrust osteopático
(Hemeroteca, artículo "Qué es la osteopatía 2ª parte": http://www.naturmedicapro.com/beta/Articulos/XXXXXX011201104355SP.htm .)
Las apófisis transversas son el resultado de la fusión de costillas atróficas por lo que se las conoce por apófisis costales. Se dirigen oblicuamente en dirección posterolateral.
Posteriormente a estas apófisis costales aparecen las apófisis mamilares y accesorias, muy poco desarrolladas en comparación a las costales, y que representan lo que queda de las auténticas apófisis transversas.
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