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No sólo consiste en pinchar con agujas
Introducción a los pilares fundamentales de la Medicina Tradicional China y sus principios filosóficos. ( primera parte).
Hablar o, en este caso, escribir sobre Medicina Tradicional China (MTC) ver imagen 1 puede resultar muy complejo y extenso; sin embargo, aquí y ahora, vamos a intentar simplificarlo, siempre en la medida de lo posible, para que nos sea más asequible a todos.
Permítasenos una declaración de principios inicial: este artículo intentará comentar, sucintamente y a vuelapluma, qué es la MTC, en qué se fundamenta, qué medios emplea y cuál es su objetivo. No pretende, en ningún momento, ser un análisis exhaustivo y detallado de esta Medicina, pues no disponemos ni del espacio, ni del tiempo suficientes para hacerlo; ya surgirán los temas que, en sucesivas ocasiones, se irán comentando, al tiempo que nos detendremos en aquellos aspectos que consideremos sean importantes, tanto para su comprensión como para su conocimiento, tanto en artículos monográficos como en casuística particular.
Seguramente, alguien se preguntará: ¿bien, y a qué viene el titulito de este artículo? Intentaremos contestar con todo lo que escribamos a partir de ahora. Es de todo el mundo conocido, y con ello nos referimos a la mayoría de las personas que habitan en el denominado Mundo Occidental, que la MTC es una Medicina milenaria, la más antigua, entre otras de probada antigüedad, que se sigue, actualmente, practicando y que, día a día, persiste, con renovado vigor, en continuar su andadura hacia el futuro. Que sea una Medicina apoyada en la tradición no implica que se encuentre anquilosada y obsoleta.
Un concepto que está bien claro, aunque confuso en su definición para los occidentales, es que la MTC trabaja con Energía, con el "Qi" como ellos lo denominan. Por tanto la MTC es energética, y eso no comporta duda alguna. El Qi es un concepto amplísimo, no sólo se refiere a energía entendida ésta como eléctrica, ni atómica, ni de producción, ni nada por el estilo. Es un concepto que tendría mucho más que ver con el "pneuma" y la "vis natura" o el "vigor" de la Medicina Hipocrática, principios y orígenes de nuestra Medicina Occidental (MO); con el concepto de "aquella fuerza que mueve el Soma (o cuerpo) y la Psique (o alma, en el concepto más clásico)". Es esa fuerza de la naturaleza que fluye por el cuerpo de los seres vivos. Fuerza que se transforma desde elementos diversos, que a través del alimento y del metabolismo mantiene la vida y genera cientos de miles de reacciones dentro de nuestros organismos.
Sin embargo, curiosamente, para la mayoría de la población occidental, la MTC se traduce como el empleo de agujas pinchadas ver imagen 2 en determinados puntos del cuerpo y con fines terapéuticos; pues bien, Acupuntura no es sinónimo de MTC. La Acupuntura es una parte más, que no el todo, dentro de esta compleja y fascinante Medicina. La MTC va mucho más allá, es una Medicina, también, eminentemente preventiva.
Y, para muestra, valga un botón, o si se prefiere, una anécdota. En la antigüedad, los médicos chinos cobraban a sus pacientes mientras se encontraban en perfecto estado de salud, cuando enfermaban dejaban de cobrar y no volvían a hacerlo hasta que éstos estuvieran totalmente recuperados. Esta práctica se observaba antaño, igualmente, en otras partes del mundo, y no las citamos para no herir sensibilidades ajenas. Prevenir para cobrar. Discúlpesenos esta digresión y juego de palabras realizado con una frase certera, pero a la que apenas se le hace caso, y que es conocida por todos nosotros: Prevenir es mejor que curar.
Ciertamente, la MTC era y es preventiva, tanto como lo es energética, y para lograr dicha prevención y mantener el equilibrio energético precisos, emplea distintos y variados medios y métodos, que van desde la colocación de agujas a practicar un tipo de masaje corporal determinado, desde la dieta alimenticia al ejercicio físico suave, fluido, vigorizante y equilibrado. Todo en la MTC tiene como fin y objetivo el equilibrio del individuo y de su salud en sus tres aspectos fundamentales: físico, psíquico y espiritual, y este último entendido como un fin en sí mismo y no como un fundamento religioso o una suma de preceptos litúrgicos a seguir.
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