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El tanque de flotación: propiedades y beneficios (II parte). (continuación)
La primera gasta, libera energía del cuerpo y la transforma en acciones. Corresponde al sistema nervioso simpático que se activa ante respuestas de "lucha o huída".
La segunda ahorra, conserva y almacena energía y corresponde al sistema nervioso parasimpático, al que corresponden las respuestas de relajación.
Las hormonas son sustancias químicas complejas que, segregadas por un órgano, son transportadas por la corriente sanguínea hasta el órgano diana, donde inician o ejercen la actividad que les ha sido encomendada.
Cuando un estímulo externo nos "agrede o amenaza", nuestra adenohipófisis, automáticamente, libera ACTH (hormona adrenocorticotrópica). Ésta es rápidamente conducida por la corriente sanguínea hacia la corteza de las glándulas suprarrenales, que a su vez liberan, principalmente, cortisol.
El cortisol es una hormona esteroidea derivada del colesterol, perteneciente al grupo de los glucocorticoides, que tiene amplios efectos sobre el metabolismo, jugando un importante papel en los estados de estrés. Entre sus funciones destacan:
---Reducción de la captación de aminoácidos y síntesis proteica en los músculos y otros tejidos extrahepáticos. Aumento del catabolismo proteico.
---Aumenta la concentración sanguínea de glucosa mediante la formación de ésta en el hígado y reduciendo su utilización en los tejidos periféricos, por lo que podemos decir que el cortisol es diabetógeno.
---Se le asocia con personalidades "tipo A", es decir, agresivas, impacientes y susceptibles de sufrir ataques cardíacos. Tales personalidades producen 40 veces más cortisol que las del "tipo B", que son personas relajadas e inmunes a los ataques cardíacos.
---Deprime nuestro sistema inmunitario (disminuye los eosinófilos y linfocitos circulantes).
---Permite que hormonas lipolíticas, como la adrenalina, movilicen los ácidos grasos de las reservas grasas del organismo, por lo que éstos pasarán a la sangre pudiendo, posteriormente, depositarse en el corazón y contribuyendo a producir enfermedades cardíacas.
El cortisol nos ayuda a resistir el estrés, por lo que no es malo en sí mismo. Los efectos negativos se producen cuando las situaciones estresantes que lo liberan empiezan a repetirse continua y diariamente.
Al mismo tiempo que se libera el cortisol, otras sustancias químicas del hipotálamo también actúan directamente sobre la médula de las glándulas suprarrenales liberando epinefrina o adrenalina y norepinefrina o noradrenalina ver imagen 3 , lo cual aumenta la presión arterial, el riego sanguíneo de los músculos, el metabolismo basal, la concentración de glucosa en sangre, la glucogenólisis, el ritmo cardíaco, la respiración y disminuye el riego sanguíneo de los riñones y el tracto gastrointestinal, junto con un descenso del tiempo de coagulación.
Las situaciones que conllevan al estrés son variadísimas:
El ruido y la polución ambiental, el trabajo, la sociedad, las presiones familiares, los carcinógenos ambientales, el desempleo, los conflictos, el miedo, el antagonismo entre sexos y muchos otros factores que no enumeramos por falta de espacio.
Debido a que los recursos del cuerpo se han de centrar en combatir el estrés, nuestra resistencia general a la enfermedad se debilita y cuando hemos de soportarlo durante un tiempo prolongado, el cuerpo puede desarrollar síntomas de reducción del timo, bazo, nódulos linfáticos, desaparición de ciertos tipos de glóbulos blancos, aparición de úlceras duodenales y epigástricas, entre otros.
¿Qué tienen que ver los tanques en todo esto?
Investigaciones realizadas por el neuroendocrinólogo John Turner y su colega el fisiólogo Thomas Fine, del Colegio Médico de Ohio (EEUU), demostraron que flotar reducía los niveles de norepinefrina, epinefrina o adrenalina, cortisol y ACTH, entre otras sustancias.
Al mismo tiempo se activaba la respuesta parasimpática de la relajación profunda. Ésta reducía la tensión muscular, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, los niveles de lactato en sangre y el consumo de oxígeno, e incrementaba la función del tracto gastro-intestinal y la circulación sanguínea hacia las extremidades, nutría y reparaba los tejidos, excretaba residuos y almacenaba energía.
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