La Macrobiótica, un método de alimentación consciente.
Silvia Membrive, especialista en nutrición macrobiótica, nos explica los beneficios e inconvenientes de esta alimentación para nuestra salud, desde el punto de vista de su método de alimentación consciente.
Silvia Membrive, especialista en nutrición, nace en Sabadell (España) el 6 de noviembre de 1972. En su formación se hayan influencias de René Leví, profesor francés y máximo exponente europeo de la alimentación macrobiótica. Tras haber cursado unos estudios y adquirido una experiencia profesional, actualmente ha desarrollado un método de alimentación y trabajo llamado alimentación consciente. Esta alimentación basada en los principios de la Macrobiótica, propone un cambio progresivo en nuestros patrones alimentarios y nuestro estilo de vida, y sobre todo un cambio desde nuestro interior y con consciencia en busca de la salud y el bienestar del individuo.
¿ Silvia porqué decides cambiar tus pautas alimenticias?
Por necesidad. En el momento que me planteé un cambio, yo tenía 21 años y me detectaron un problema de salud en el que me recomendaron una solución quirúrgica. Pero examiné otras posibilidades. Esta búsqueda me llevó a experimentar con la Medicina Natural, y conocí terapias como la Reflexoterapia, la alimentación y aquí entré en contacto con la Macrobiótica.
¿ Qué es lo que hace que prefieras la alimentación macrobiótica a otras, como la mediterránea, vegetariana, crudívora o ayurveda?
He experimentado con la dieta mediterránea, crudívora, vegetariana, pero considero que la macrobiótica es la que me aporta mayor equilibrio. Para mí es la que se aproxima más al sentido común y a la forma en que yo veo la vida. Es una filosofía que se acerca mucho más a mi manera de ser.
El origen de esta filosofía proviene de Japón. Cuando se creó, se hizo conforme a unas características determinadas, que venían marcadas por la constitución de sus habitantes, su clima, y los alimentos que le proporcionaban su hábitat.
¿ Crees que todo esto se puede trasladar y aplicar a Occidente obteniendo los mismos resultados?
Por supuesto que sí. Es importante tener en cuenta que la Macrobiótica se adecua al lugar, al clima y a la persona. Debido a esto, se deben hacer variaciones y es imprescindible no limitarse a la Macrobiótica que surgió de Japón, sino que ésta tiene que evolucionar. La base es la misma, el concepto y la filosofía no varían, y al ser una filosofía que se basa en la observación de la naturaleza, es vital adaptar la alimentación según los cambios de la naturaleza en la que vivimos.
¿ Hay diferencias entre la comida macrobiótica que se consume en Japón y la utilizada aquí?.
La raíz de la alimentación es la misma, el consumo de granos, legumbres, verduras y alimentos que están bastante equilibrados. Pero para responder adecuadamente a esta pregunta me gustaría introducir la filosofía sobre la que se crea la Macrobiótica.
La filosofía de la Macrobiótica se basa en la escucha. La escucha y la observación de la naturaleza. A través de este proceso, los orientales se dieron cuenta de que todos los fenómenos naturales parten de dos fuerzas diferentes, llamadas energía Yin y Yang. Estas fuerzas son opuestas, pero complementarias.
La energía Yin, parte de la tierra y se expande hacia el cielo; de forma que todo aquello que tenga mayor expansión es de polaridad Yin, como en el caso de las frutas, azúcares etc ver imagen 1 .
La energía Yang es por contra, parte del cielo y se contrae hacia la tierra, de forma que todo aquello que tiene más energía de contracción es de naturaleza Yang. Este sería el caso de la sal, carne roja, huevos etc.
La Macrobiótica busca el equilibrio entre estas dos polaridades a través de la alimentación y el estilo de vida. Por lo tanto, no sólo es importante la ingesta de alimentos equilibrados entre estas dos energías, sino que también deberíamos incidir en nuestro estilo de vida y equilibrar el trabajo con el descanso, la acción con la meditación...etc.
En la alimentación macrobiótica se utiliza como base el cereal integral, las legumbres y verduras ver imagen 2 . A partir de estos alimentos se pueden añadir, puntualmente, alimentos que se dirigen más a una polaridad Yang, como el pescado y la carne, o hacia otros que tienen una polaridad Yin, como la fruta y los alimentos más dulces, dependiendo en cada caso de las circunstancias y necesidad del momento.
|