SHIATSU: El arte del masaje japonés (I parte) (continuación)
A través de la observación se contempla la comunicación corporal del paciente, su manera de caminar, de sentarse y de moverse. La alineación de los ejes de su cuerpo indicarán posibles tensiones musculares y desequilibrios posturales.
El estado emocional y el de los órganos se refleja en el color y expresión de la cara. Además, por la forma y color de la lengua se apreciará el transcurso de la enfermedad, en el caso de que ésta exista.
2-Bun-Shin o diagnóstico auditivo.
A partir del sonido de la respiración, tonalidad de voz, tos o disnea, el terapeuta puede encontrar indicios de algún trastorno.
3-Mon-Shin o interrogatorio.
Es la fase más importante del diagnóstico. En ella el paciente desvela los signos y síntomas padecidos.
4-Setsu-Shin o diagnóstico por el tacto.
Es la parte del diagnóstico que el terapeuta de Shiatsu tiene más desarrollada. La sensibilidad de los dedos al presionar el cuerpo del paciente, comunica al terapeuta el estado de la zona tratada, apreciando cualidades como frío o calor, hiper o hipoactividad, flacidez o contracturas.
El diagnóstico, si fuese oportuno, se completará con otras pruebas de evaluación realizadas por otros profesionales sanitarios, como pruebas analíticas y radiografías.
Una vez finalizado el examen, el paciente, sin necesidad de desvestirse, se acomoda sobre la camilla o futón, en posición de decúbito supino, colocando un par de almohadas en la nuca y en la región femoral posterior, para evitar tensiones innecesarias.
El terapeuta coloca suavemente su mano sobre la parte inferior del abdomen del paciente para conectar con su respiración. Este contacto, a la vez que relaja los músculos y órganos abdominales, hace que el paciente sea consciente del punto al que ha de llegar el aire inspirado.
Si la respiración del receptor es percibida por el practicante de Shiatsu de forma rápida, profunda, superficial o contenida, el masajista debe de mantener la mano en el abdomen hasta que, en la medida de lo posible, se regule su respiración.
Mediante la punta de los dedos y la zona tenar o hipotenar de la mano se realizan suaves y profundas presiones sobre los órganos del abdomen; esta acción repercute sobre el ritmo cardiorespiratorio enlenteciéndolo.
Conseguido este propósito, el terapeuta presiona una serie de líneas de puntos previamente seleccionadas a lo largo de todo el cuerpo, tanto en decúbito prono como en decúbito supino, para realizar el tratamiento. Durante la sesión se combinarán presiones palmares y digitales, junto con estiramientos musculares o rotaciones articulares.
El terapeuta realiza la técnica en un estado de meditación como si practicase un movimiento de Tai Chi. De esta forma, el paciente notará una presión pausada, llegando la sensación de alivio y desbloqueo a lo más profundo del organismo.
A medida que transcurre la sesión, la persona que recibe el masaje cae en un estado de profunda relajación e, incluso, dependiendo del grado de percepción, puede quedar dormida.
Todo lo mencionado lo resume en una frase el gran maestro de Shiatsu Tokujiro Namikoshi: "La esencia del Shiatsu es como el más puro amor maternal; la presión de las manos hace brotar el manantial de la vida".
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