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Martes, 1 de Abril del 2003   

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Musicoterapia (Parte I) (continuación)


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La música adecuada de cítara era recomendada durante las comidas para ayudar a la digestión.

Resumiendo, diremos que los griegos consideraban a la música como una terapia tanto preventiva como curativa y, a la enfermedad, como una disarmonía entre la parte física del hombre y la psíquica. La música ayudaba a reestablecer esta armonía.

Roma, a diferencia de los griegos, era un pueblo de acción más que de imaginación, eran más realistas y materialistas y la música era considerada no como un arte, sino como algo que utilizar, por lo que continuaron aplicando la mentalidad clínica y lógica griegas a su empleo terapéutico.

En el año 293 a.C. adoptan el culto a Esculapio, enfatizando en el aspecto psicosomático de la enfermedad y la salud. Al igual que los griegos, sus templos no sólo eran un lugar de rezo, si no que en ellos también atendían las necesidades humanas relacionadas con la enfermedad física y psíquica. De la misma forma que los oráculos ayudaban a tranquilizar el ánimo ante la incertidumbre de lo desconocido, también se invitaba a músicos y poetas a que participaran en las curaciones, ya que creían que los estados de tristeza y depresión eran terreno abonado para la enfermedad, mientras que un cuerpo relajado y alegre ayudaba a combatirla.

Con la música armoniosa curaban el insomnio y las enfermedades mentales. También creían que podía ser de gran ayuda para combatir la peste y las picaduras de serpiente.

Cicerón dijo que la filosofía era la medicina del alma y que la música era su instrumento, debido a su influencia sobre las emociones.

En la era cristiana, los dioses paganos relacionados con la enfermedad y la salud fueron sustituídos por una legión de santos a quienes se podía invocar. Los himnos y la música orientaban las súplicas del paciente hacia el auxilio y la curación, lo cual no excluía el procurarse un tratamiento médico adecuado, pero así el enfermo se aseguraba en ambos mundos, como lo hace todavía.

Durante la Edad Media, y debido al poder que ostentaba la iglesia, la música seguía teniendo una importancia metafísica y religiosa, consecuencia de lo que significó en épocas remotas. Básicamente, seguían considerando a la enfermedad resultado del pecado y la impureza moral. Suponía un alejamiento de la divinidad que merecía el correspondiente castigo. El síntoma corporal era una consecuencia secundaria de la impureza primaria. De esta manera, la indulgencia y absolución corrían parejas a la curación y convalecencia. ver imagen 5

Durante esta época, los sacerdotes comprendieron bien cómo la música podía influir sobre el hombre para bien o para mal, aunque éste careciera de educación, por lo que florecieron los santuarios a los que se atribuían poderes de curación o alivio de las enfermedades. La aceptación del dolor y de la enfermedad, para los cuales había poco alivio por aquel entonces, debía ser sublimada por algún medio espiritual o místico como la música. Ésta se vuelve, por tanto, en elemento indispensable del ritual, la liturgia y las procesiones, convirtiéndose en una experiencia religiosa colectiva que afectaba a cada uno de los participantes, tal y como sucede hoy día en Lourdes.

En fuentes medievales, tanto árabes como judías, se narra a menudo como se llamaba a los músicos para aliviar los dolores de los enfermos en el hospital. Así mismo, se han hallado ilustraciones en manuscritos hebreos con la figura del laudista sentado en las antesalas de los médicos.

Durante el Renacimiento (s.XIV-XVI), época de gran dinamismo y creatividad, a pesar de que todavía arrastraban las viejas creencias acerca de la salud y la enfermedad, especialmente en lo relativo a los trastornos mentales que seguían siendo atribuidos a una posesión por el mal, algunos médicos empezaron a vislumbrar que tales ideas eran contrarias a la razón y a la naturaleza. ver imagen 6

Los nuevos descubrimientos de anatomía dieron al hombre un concepto racional sobre el cuerpo, abriendo paso a la medicina científica moderna. Este progreso repercutió sobre todos los medios curativos, incluso sobre la utilización de la música en medicina.

La música comenzó a ser un medio importante de autoexpresión individual y de comunicación entre compositores, intérpretes y oyentes. Desempeñaba una influencia civilizadora y reunía a gentes de todos los estratos sociales.

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