La hernia discal posterolateral L5-S1, I parte
Casi para todo el público es conocida la lesión de la hernia discal, pero ¿realmente se la conoce bien? Este artículo pretende profundizar en el conocimiento de esta lesión, y presentará la actuación que seguiría un buen osteópata ante un caso de hernia discal. También desvelará algunos datos sorprendentes.
1.INTRODUCCIÓN
1.1 Descripción anatómica y biomecánica del disco intervertebral
El disco intervertebral es una estructura fibrocartilaginosa que forma parte de las articulaciones intervertebrales. Está constituido por dos elementos con funciones diferenciadas pero interrelacionadas: el anillo fibroso y el núcleo pulposo. El anillo fibroso es un conjunto de capas fibrosas concéntricas, continuas y helicoidales, cuyas fibras oblicuas cruzadas son paulatinamente más horizontales cuanto más internas son éstas. Estas capas encierran el núcleo pulposo en un compartimiento inextensible por la tensión de sus fibras.
El núcleo pulposo es una estructura originada de la notocorda embrionaria, constituida por un 80 % de agua y un 20 % de mucopolisacáridos, sulfato de condroitina, ácido hialurónico y queratosulfato. Histológicamente, el núcleo pulposo está constituido por diferentes tipos de células: conjuntivas, cartilaginosas, de tipo condrocito y por fibras de colágena. Una característica importante es que carece de vasos sanguíneos y de nervios por lo que no existe dolor como consecuencia directa de su degeneración.
Su función es la de absorber las 3/4 partes de las presiones axiales de la columna vertebral gracias a su capacidad hidrófila, que le mantiene en estado de hiperhidratación, es decir, de pretensión, así como la de permitir, a su vez, la movilidad de cada segmento vertebral en todas direcciones, a modo de rótula.
1.2 Concepto de hernia discal, fisiopatología y clasificación
La hernia discal es la degeneración y rotura de fibras del anillo fibroso y la salida de parte del material que forma el núcleo pulposo hacia el exterior del disco intervertebral, generalmente hacia el canal raquídeo.
El mecanismo de producción de la hernia discal requiere que fibras del anillo fibroso sufran de microtraumatismos. Éstos comprometerán su funcionalidad en la retención del núcleo pulposo, en su posición fisiológica. A partir de esta situación de riesgo, la hernia discal se produce en tres pasos: la realización de una flexión de tronco sobre las piernas (generalmente en extensión de rodillas). Esta situación pinza el anillo fibroso y al núcleo pulposo en su parte anterior, provocando un aumento de presión hacia el lado opuesto, es decir, en dirección posterior. El segundo paso en la fisiopatología de la hernia discal es el aumento de la carga axial en el raquis, principalmente mediante cargas externas. Finalmente, con la recuperación de la posición ortoestática mediante una extensión del raquis y la liberación de la carga se provoca la separación del pedículo emigrado del núcleo pulposo de su parte principal, que aún mantiene su posición fisiológica.
Esto acarrea graves consecuencias funcionales, primero por la pérdida de capacidad de absorción de las cargas axiales del raquis y la posibilidad de favorecer un mayor desgaste articular, y por otro lado, la posibilidad de que la parte de núcleo pulposo que ha migrado del centro afecte alguna raíz nerviosa, apareciendo sintomatología neurológica de diferente tipo en función del tipo de fibra afectada: algesias, paresias, parestesias o combinaciones de éstas.
Existen diferentes tipos de hernias discales, en función de diferentes criterios:
Según la cantidad de disco herniado:
Hernia parcial: sólo parte del núcleo pulposo ha emigrado de su localización original. Es la más frecuente.
Hernia masiva: el total del material que conforma el núcleo pulposo abandona su situación normal, a veces también lo hace parte del anillo fibroso. Es una situación muy poco común.
Según su localización:
Hernia posterolateral: ver imagen 1 ante la presencia del ligamento vertebral común posterior (LVCP), el pedículo herniado se dirige hacia atrás pero se desvía lateralmente hacia el agujero de conjunción. Esto puede conllevar la compresión homolateral del nervio raquídeo que emerge por dicho agujero de conjunción.
Hernia discal externa o foraminal: el pedículo herniado se sitúa dentro del orificio intervertebral, en una posición muy lateral. También puede verse afectada la raíz nerviosa correspondiente.
Hernia medial: en este caso el LVCP se ve también comprometido y cede ante la gran fuerza de compresión que sufre el disco intervertebral. El material discal herniado se dirige directamente en dirección posterior hacia el canal medular. Es obvio que en este caso se puede ver afectada la médula espinal o fibras de la cola de caballo que la continúan. Por ello es la más grave de todas.
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