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La hernia discal posterolateral L5-S1, I parte (continuación)
Según la biomecánica:
Hernia discal libre: el pedículo formado consigue traspasar el LVCP y queda libre en el canal vertebral. Coincide con la clasificación anterior con la hernia discal medial.
Hernia discal excluida o bloqueada: parte del núcleo pulposo queda atrapado por delante del LVCP y las fibras del anillo fibroso se cierran por su cara posterior aislando el pedículo del núcleo pulposo.
Hernia discal migratoria subligamentosa: el viaje del pedículo no termina en el LVCP, cerca del disco intervertebral, sino que continúa entre éste y la cara posterior del cuerpo vertebral, caudalmente por regla general, aunque también puede hacerlo cranealmente.
1.3 Clínica de la hernia discal posterolateral
La clínica de la hernia discal posterolateral L5-S1 puede ser variada. Como ya hemos dicho anteriormente, depende de las fibras nerviosas que afecte. Aunque en dicha altura del raquis no se encuentra ya la médula espinal, si que discurre la cauda equina. Esto da posibilidad a la hernia para que afecte principalmente la raíz nerviosa L5 o la S1.
La hernia discal lumbar suele afectar predominantemente a los hombres (75% de los casos), principalmente entre 30 y 60 años de edad.
La consecuencia principal que suele aparecer es el del síndrome de compresión radicular: sus características variarán en función de la raíz nerviosa afectada, y podrán aparecer síntomas algésicos, parésicos o parestésicos.
Entre el 40 y el 60% de los afectados, describen el episodio de la aparición de los síntomas como un dolor lumbar que posteriormente origina irradiación crural. La paresia se da entre el 30 y el 75% de los casos, y la parestesia sólo en el 35%( si se da el caso que el paciente no siente dolor pero sí presenta un déficit motor, es necesaria la intervención quirúrgica de urgencia para evitar lesiones neurológicas permanentes).
En el caso de la hernia discal lumbar posterolateral L5-S1, el síndrome de compresión radicular suele implicar la raíz nerviosa L5 ó S1, por lo tanto, los síntomas se darán a lo largo de la zona de influencia de estas raíces: dolor o paresia de su dermatoma, que en el caso de L5 se distribuye por la cara posterolateral de la pierna, también se dirige hacia la planta del pie y el primer dedo. En el caso de S1 se distribuye por la zona posterolateral del tercio inferior del muslo, de la zona poplítea y de la pierna, así como por la región posterior del pie (zona del talón y del tendón de Aquiles), el maléolo externo, la mitad externa de la planta y del empeine y los dedos IV y V.
Las fibras de L5 y S1 también contribuyen a formar el nervio ciático, el mayor de todo el cuerpo, a partir de sus ramas ventrales, junto con las de L4, S2 y S3, que confluyen a la altura del borde inferior del M piramidal de la pelvis, por lo que el dolor y la paresia también pueden darse en todo su recorrido: desde la zona de convergencia de las raíces que lo forman, se dirige fuera de la pelvis por la parte inferior del orificio ciático mayor. Desde allí, profundiza en la región glútea, discurre por un recorrido inferolateral a través del M glúteo mayor, a igual distancia de la tuberosidad isquiática que del trocánter mayor, entra en contacto con el isquion y rodea por detrás los Mm obturador interno, cuadrado femoral y aductor mayor. Se dirige hacia abajo dividiéndose a medio camino de su recorrido por el muslo en una rama tibial (N tibial) y una peroneal (N peroneo común). En ocasiones esta división ya se realiza a la altura de la pelvis, o más abajo, a la altura de la región poplítea. Su trayecto se encuentra por delante de los músculos semimembranoso, semitendinoso y bíceps femoral, justo entre su cabeza larga y su cabeza corta, y por detrás del M aductor mayor. La rama tibial circula entre ambos músculos gastrocnemios, a medida que se inferioriza, se hace lateral y discurre por detrás del maléolo interno, ofreciendo dos ramas plantares, una medial y una lateral. La rama peroneal sigue al tendón del M bíceps femoral, continuando hacia abajo dorsalmente a la cabeza del peroné, e introduciéndose en capas más profundas, entre los músculos de la zona lateral de la pierna.
Por lo tanto también puede aparecer sintomatología en la zona glútea, región posterior del muslo y de la rodilla, cara lateral de la pierna y del pie y los dedos IV y V.
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