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La hernia discal posterolateral L5-S1, I parte (continuación)
Otras contribuciones de las raíces nerviosas L5 y S1, y susceptibles de ofrecer algesias, paresias y parestesias, son: N. del M. obturador interno, N. del M. cuadrado femoral, N. glúteo superior, N. glúteo inferior, N. tibial (con numerosas ramificaciones sensitivas y motoras). Por su lado la raíz S1 también interviene en la formación del N. del M. piriforme o piramidal de la pelvis, N. cutáneo femoral posterior (Nn. cutáneos inferiores de la nalga y Nn. perineales), y del N. pudendo (da lugar a los Nn. perineales)
Para distinguir la raíz nerviosa afectada podemos utilizar, a parte de la afectación de uno u otro dermatoma, la inervación propia de cada una de ellas. En el caso que exista una afectación de la motricidad (parálisis y/o atrofia) del M. extensor largo del dedo gordo (a veces también del corto), será la raíz L5 la afectada. Por otro lado, si esta afectación se encuentra en los Mm. peroneos, a veces en el M. tríceps sural y Mm. glúteos (puede aparecer una abolición del reflejo aquíleo), la raíz afectada es S1.
Al dolor se le atribuyen diferentes orígenes según los autores: algunos refieren este origen a la compresión mecánica del pedículo al LVCP o a alguna raíz nerviosa o incluso a la médula espinal (casos más graves), otros encuentran la explicación en la irritación del nervio de Luschka o nervio sinuvertebral. También se han encontrado causas microvasculares e histoquímicas. Los defensores de ésta afirman que algunas sustancias presentes en el núcleo pulposo herniado (principalmente la fosfolipasa A2 o PLA2) activan el nervio afectado originando el estímulo doloroso. Para ellos, sólo si el pedículo es suficientemente grande provocará un dolor por compresión mecánica.
También aparece dolor por la contractura muscular de defensa que, de forma refleja, se activa para proteger la zona de la hernia discal.
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