La Macrobiótica, un método de alimentación consciente. (continuación)

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Para hacer este cambio, se necesita tanto el conocimiento como la práctica. El conocimiento sin la práctica es absurdo ya que no se integra nada, y la práctica sin el conocimiento es peligrosa.

Se puede adquirir el conocimiento leyendo un buen libro, aunque se avanza más haciendo un curso con profesionales especializados en estos temas. Yo pienso que no hay nada ni bueno ni malo, dependerá de cada persona y de cada momento, e insisto, que tras la información y la propia experiencia, cada uno ha de sacar lo más adecuado para él.

Creo que antes de cambiar de alimentación, se ha de tomar conciencia de aquello que se está haciendo en ese mismo momento. Nuestra alimentación es un reflejo de todo lo que hemos vivido hasta ahora, es un reflejo de nosotros mismos. Entonces, no es aconsejable cambiar la alimentación de golpe, sin haber conocido lo que te ha llevado a llegar hasta aquí. Que el cambio de alimentación sea una demanda interna, "no me como el arroz integral porqué me lo haya dicho nadie, sino que por propia sensación", se convierte en una necesidad mía. Es muy importante una alimentación no sólo integral y biológica sino también consciente. ver imagen 5

Un sector de la sociedad critica que la Macrobiótica es estricta y prohibitiva; ya que impone unas severas pautas a seguir no sólo de alimentación, sino en todo el sistema de vida. Esto puede implicar dificultades para seguir la dieta por motivos prácticos, por ejemplo, cuando el trabajo nos obliga a comer fuera de casa, adquirir utensilios y productos específicos (patata taro, raíz de loto, Kuzu...), y a ello se añade su coste, que suele ser un poco más elevado de lo normal.

Yo opino que la Macrobiótica no es rígida, los rígidos somos nosotros. Como he dicho anteriormente, la Macrobiótica parte de Oriente, lugar donde ellos tienen una mente mucho más analógica y global, ya que ellos mantienen siempre las puertas abiertas. Es al trasladarnos a Occidente, donde nuestra mente mucho más analítica se queda con una idea fija, " el arroz integral es lo mejor, y si me salgo de ahí ya no es lo correcto". Lo importante para evitar este comportamiento es estar abierto y experimentar dentro de la alimentación ver imagen 6 .La alimentación macrobiótica es muy rica, y se deberían poder comer una amplia gama de alimentos, colores, sabores, adaptados siempre a cada clima y a cada momento.

Pienso que la alimentación correcta se debería adaptar al ritmo de vida de las personas. No podemos tener una alimentación como en Oriente porque ellos tienen otra forma de vida, debemos adaptar la alimentación macrobiótica a nuestra sociedad, donde será un poco más dinámica.

Hay formas de preparar los alimentos, de conservarlos que permiten que no se tenga que cocinar cada día. Lo correcto es cocinar cada día, para que el alimento esté vivo y lleno de nutrientes, pero si no se puede, mejor prepararlo el día anterior que comer un bocadillo o cualquier cosa.

Además, pienso que la vida se adapta a tí, que cuando decides hacer una cambio en la vida, las circunstancias que te rodean suelen ayudarte. Conozco a muchas personas, que como yo, hemos sabido encontrar la manera de llevar a cabo este cambio.

Es habitual que las personas que siguen este estilo de vida se reúnan y hagan actividades. Esto, unido al concepto que se tiene de Macrobiótica igual a limitación y falta de nutrientes; quizá es lo que le da apariencia de círculo cerrado, que puede ser relacionado con movimientos de tipo sectario.

¿ Qué opinión te merece esto?

Es normal que si tu tienes una visión particular de la vida, y eliges ciertas cosas, te encuentras a gusto con personas que tienen la misma visión que tu. Esto ha pasado y pasará siempre, y no sólo en una filosofía determinada.

Como antes decía, las personas somos las rígidas y las estrictas, siendo capaces de crear sectas de cualquier cosa, y de la Macrobiótica también. Se han creado sectas y se siguen creando. Por eso insisto en la importancia de pasar la información siempre por nuestro propio filtro. Pensar que nadie es mejor que nosotros mismos, quizá sabe más o tiene más experiencia, pero "tú eres tu propio maestro", no hace falta adorar a nadie.

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